Día del Administrador de Empresas en Unicatólica
Un espacio para fortalecer la identidad profesional de los futuros administradores.
El 5 de noviembre, la sede Alfonso López fue escenario de una jornada especial que reunió a estudiantes de UNICATÓLICA para celebrar el Día del Administrador de Empresas. Más que una conmemoración, el encuentro se convirtió en un espacio de reflexión, aprendizaje y crecimiento personal, enfocado en las habilidades que acompañarán a los futuros profesionales en su camino laboral y humano.
Durante la intervención, los participantes trabajaron el concepto de las catapultas, una metáfora que permitió comprender que, así como los antiguos onagros multiplicaban su fuerza gracias al esfuerzo conjunto, cada persona puede potenciar sus capacidades cuando se apoya en valores y hábitos sólidos.
A través de dinámicas, conversaciones y ejercicios de introspección, los estudiantes identificaron cuáles son esas catapultas que impulsan su desarrollo: la disciplina, la espiritualidad, la empatía, la creatividad, la resiliencia, el equilibrio emocional y la evaluación constante. Estos valores fueron entendidos no como metas estáticas, sino como herramientas vivas que acompañan el crecimiento profesional y personal.
La jornada también estuvo inspirada en la historia del reconocido chef japonés Jiro Ono, dueño de un restaurante con tres estrellas Michelin. Su filosofía del trabajo artesanal, el cuidado por los pequeños detalles, la dedicación diaria y la importancia de rodearse de buenos aliados, se convirtió en un paralelo inspirador con el perfil del administrador contemporáneo: profesionales éticos, perseverantes y con visión estratégica. El concepto del Kaizen, o la mejora continua, resonó especialmente entre los estudiantes, quienes reflexionaron sobre su aplicación en la vida académica y en la gestión empresarial.
El cierre de la jornada permitió reafirmar que las habilidades blandas, como la comunicación asertiva, el trabajo en equipo, la ética profesional y el pensamiento estratégico, son tan esenciales como cualquier herramienta técnica. Los participantes demostraron entusiasmo, apertura y un compromiso genuino con su proceso formativo.
Fue, en definitiva, una noche para conectar, compartir experiencias y recordar que la formación profesional se construye día a día, con cada hábito, cada valor y cada decisión que orienta el camino. Unicatólica continúa apostándole a estos espacios que fortalecen la identidad y el liderazgo de sus estudiantes.





