Lectio Divina: encuentro con la palabra de Dios
Uno de los principales propósitos de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium – UNICATÓLICA, es la educación basada en valores cristianos, no solo de sus estudiantes, sino también de toda la comunidad universitaria. Por ello, se desarrollan diferentes actividades que sirven como espacios de reflexión e introspección con la fe, como, por ejemplo, la Lectio Divina – Encuentros con la Palabra, “Lampara es tu palabra para mis pasos, luz en mis senderos” Sal 119,105, que tuvo como objetivo fortalecer el conocimiento del evangelio en la vida de cada persona, identificando el mensaje de la palabra y llamado a cada uno como hijos de Dios.
La Lectio Divina, es un espacio liderado por la Dirección de Espiritualidad y Dignidad Humana, asignada a la Vicerrectoría Pastoral de la Institución; su última versión se llevó a cabo el pasado mes de septiembre en la capilla de la Sede Pance, en donde, durante tres días se realizaron encuentros con la palabra de Dios que contaron con la participación de funcionarios de la Capellanía y de la Unidad de Cultura Cristiana. También, se abrió el espacio para que desde la virtualidad hicieran presencia los interesados en asistir a la actividad. Así pues, cada encuentro tuvo inicio con una oración al Espíritu Santo, para posteriormente, compartir el evangelio de cada día; finalmente, se desarrollaron los 4 pasos de la lectura orante con la palabra de Dios, para cerrar compartiendo los aprendizajes del espacio y concluir con una oración final.
De acuerdo con el Pbro. Jaime Londoño, capellán de UNICATÓLICA, la Lectio Divina (Lectura Orante con la Palabra de Dios), es un encuentro personal con la Palabra que permite conocer a profundidad la persona de Nuestro Señor Jesucristo y el plan de vida y salvación que Dios tiene trazado para cada uno. Esta práctica, consiste en una lectura atenta de la Sagrada Escritura, para preparar la conversión del ser, debido a que deja al descubierto las debilidades de cada persona, dando inicio a un cambio que permita mejorar las relaciones de amor con Dios, el prójimo y toda la creación. “La escucha de la Palabra nos hace dóciles al proyecto de Dios y nos impulsa a la renovación en el corazón” (cf. VD 1).
Bajo este sentido, Londoño explica que, “los cuatro pasos de la Lectio Divina son: lectura, meditación, oración y contemplación. Estos permiten en nuestra vida de oración, aprender a escuchar a Dios que nos habla a través de las Sagradas Escrituras y a descubrir su presencia y manifestación amorosa, misericordiosa y compasiva en cada momento de nuestra existencia diaria”.
El primer paso, la lectura: se trata de comprender la Palabra en su sentido literal, analizarla y contextualizarla desde el sentido teológico, y el sentido histórico y sociocultural; el segundo paso, la meditación: es el espacio de diálogo íntimo con Dios a través de incógnitas personales que varían dependiendo de la realidad y contexto de cada persona, con el fin de descubrir el mensaje o enseñanza para la vida que quiere ofrecer Dios a través de la Palabra; el tercero, la oración: aquí se trata de continuar la comunicación con Dios y el Espíritu Santo, respondiendo a su palabra; y finalmente, la contemplación: se trata de identificar y acoger los cambios a realizar en la vida, descubiertos en diálogo con Dios para mejorar aquellas falencia en el modo de vivir que se lleva.
“La relación nuestra con la Palabra de Dios ha de ser la misma de María en el Evangelio de Lc. 10,39: Se anhela seguir al Señor sentándonos a los pies del Maestro para escuchar su Palabra, así comprendemos lo que Dios nos quiere decir (Lectura), de tal manera que podamos hacerla realidad en la vida (Meditación), para suplicar fuerza y luz que nos ayuden a seguir el camino de Jesús y a dar gracias por su obra en la Iglesia (Oración), y a impregnarnos del Reino de Dios para trabajar por su venida en un compromiso de vida evangélico (Contemplación)”, complementa el Presbítero.
Por otra parte, según Juan Carlos Restrepo, analista de la Unidad de Cultura Cristiana, “es fundamental para nuestra comunidad, tener espacios que fomenten el crecimiento formativo eclesial en respuesta a la identidad institucional; esto permite que la comunidad universitaria afiance sus bases y dé apertura a la riqueza que se puede encontrar al momento de leer la palabra de Dios con un propósito claro y especifico”.