El legado del Papa Francisco inspira oración, reflexión y unidad
La comunidad universitaria de Unicatólica se reunió el pasado 22 de abril a las 11:00 a.m. en la capilla del Seminario Mayor San Pedro Apóstol para elevar una plegaria conjunta por el eterno descanso del Papa Francisco, quien partió hacia la casa del Padre, dejando un legado imborrable de humildad, justicia social y compromiso con los más necesitados.
Con profundo dolor, pero también con esperanza cristiana, la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium – UNICATÓLICA expresó su unión espiritual con la Iglesia universal ante la pérdida del Sumo Pontífice, cuya vida fue testimonio de misericordia, cercanía con los pueblos y defensa de la dignidad humana. El Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano y jesuita, marcó un hito en la historia reciente de la Iglesia por su lenguaje claro, su mirada compasiva hacia los excluidos y su constante llamado a una “Iglesia en salida”, cercana a las periferias existenciales del mundo moderno.
La eucaristía, presidida por el presbítero doctor William Antonio Correa Pareja, rector de nuestra institución, fue ocasión para dar gracias por el don de la vida de Francisco y reflexionar sobre su mensaje de fe activa y comprometida. Estudiantes, docentes, administrativos y egresados se dieron cita en un ambiente de recogimiento, en el que resonaron las palabras del Evangelio que guiaron su pontificado: “Bienaventurados los que trabajan por la paz”.
Durante la homilía, se recordó el espíritu reformador del Papa, su defensa del cuidado de la casa común, expresada en su encíclica Laudato si’, y su valentía para hablar con firmeza en contextos de guerra, crisis migratorias, corrupción y exclusión. Se destacó su llamado a vivir la fe con autenticidad, sin ostentación, y a construir una Iglesia para los más necesitados. También se resaltó su profundo compromiso con los jóvenes y la educación, como pilares de transformación del mundo.
La celebración litúrgica fue también una oportunidad para renovar el sentido de misión que inspira a Unicatólica: formar personas comprometidas con la reconciliación, la justicia social y la promoción de la dignidad humana desde los valores del Evangelio. En un momento de silencio y oración, se ofrecieron intenciones por la Iglesia en el mundo, por quienes lloran esta pérdida, y por quienes serán llamados a continuar el camino de servicio que el Papa Francisco abrió con su ejemplo.
Desde su fundación, Unicatólica ha reconocido en el magisterio pontificio una fuente de orientación para su labor educativa y evangelizadora. Hoy, más que nunca, su comunidad reafirma su pertenencia eclesial y su esperanza en la promesa de vida eterna que Cristo nos dejó.
En medio del dolor, prevalece la gratitud. El Papa Francisco deja al mundo una huella de ternura y valentía evangélica, un llamado a vivir el amor como servicio y a mirar al otro con compasión y justicia. Su memoria vivirá en los corazones de millones de personas que, como los miembros de nuestra comunidad universitaria, encontraron en él un pastor cercano y un faro de luz en tiempos de incertidumbre.